jueves, 22 de noviembre de 2007

Abrazos

En los momentos de crisis aparece la gente... actúan, dan una mano (siempre importante)... pero después desaparecen... Tal vez cuando uno más los necesita, cuando hay que elaborar todo lo que pasó... cuando después de la tormenta hay que encontrar camino entre el barro... Esto no desacredita lo actuado... pero cómo duele la soledad!
Es la necesidad del abrazo... de sentir, como dice Galeano, que

"Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano".

Los abrazos son curativos. Aflojan nuestras tensiones, alivian el alma, dan una hermosa e inexplicable sensación de paz...
Hay abrazos que se piden... son fruto de la necesidad de contención, de cercanía, de sentirse acompañado... Otros que se dan, porque vemos la fragilidad en el otro, tal vez su soledad, o su dolor. Hay veces que nos dejamos abrazar, que permitimos que de nuestro corazón salga la transfusión que el otro está necesitando... Otros que buscamos, porque nos sentimos solos o angustiados...
Los abrazos se dan y se reciben. Puede darse una u otra circunstancia. Pero no puedo negar que cuando estas coinciden, es cuando más nos reconfortan. Y lo digo ahora cuando, necesitándolo, no he podido compartir ninguno...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Preguntas

Qué juegos peligrosos jugamos a veces... sobre todo cuando nos exponemos a situaciones que no nos quedan cómodas, sólo por hacer sentir bien a los demás...
¿Hasta dónde debemos dejar de lado lo que somos o sentimos para no hacer sufrir a los demás? ¿Porqué aceptamos jugar situaciones absurdas sólo para que el otro sane sus heridas? ¿Y las nuestras? ¿Y las mías?
Duele cuando uno se expone y recibe por respuesta sólo incertidumbre, o silencio, o soledad... y entonces la pregunta... ¿para qué?
Tal vez deba comenzar a pensar un poco más en mi... Aunque sienta que no sea mi esencia... Aunque después me duela...
Preguntas, más preguntas... y yo tratando de encontrarme a mí mismo...

jueves, 15 de noviembre de 2007

Historia con final...

Soledad. En los peores momentos. Cuando se necesitan el abrazo y el oído atento. Cuando buscamos certezas y sólo hallamos vacío.

Angustia. Que desgarra por dentro. Que necesita la mano atenta y cariñosa que la extirpe del pecho. Que busca salir, y sólo encuentra muros.

Bronca. Porque las cosas no salen. Porque lo que sale apesta. Porque en mi angustia y mi soledad, siento que este cuento acabó.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Vuelos


Es raro escribir sobre esto... sobre todo para mí... Es raro sentir cómo se alejan algunas personas... La amistad es un sentimiento que siempre atesoré. Por eso trato de estar siempre que me necesitan... tal vez por eso a veces me pongo tan exigente, aunque no debería. No todos lo ven de la misma manera.
Hoy veo cómo alguien a quien quiero muchísimo va tomando distancias... siempre me superaron estas situaciones. Me conmueven profundamente, y trato de recuperar, de acortar las distancias. Pero en la amistad son dos los que elijen... no basta con la voluntad de uno sólo...
Por eso escribo: no ya para recuperar lo que no está, sino para tratar de comprender y que la herida vaya cicatrizando. Seguramente yo también tuve que ver en este distanciamiento. Pido perdón. Y dejo volar. Aunque me cueste...